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Sacro

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Sobre Sacro

  • Rango
    Usuario Legendario
  • Cumpleaños 14/08/1993

Información Personal

  • Género
    Hombre
  • Ocupación
    Profesor de Guitarra
  • Intereses
    Música

Primer Personaje

  • Nombre
    Pablo Lionhammer
  • División
    Oro
  • Raza
    Humano
  • Clase
    Paladin

Otros Personajes

  • 2do Personaje
    Susan Lionhammer/Humana/Guerrera/Oro.

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  1. Prometo colocar lo que yo creería que sería el futuro de los Lionhammer aquí, aunque no con una imagen de la banda de guerra porque mi pc es una mierda xDDD
  2. -Relatos de un Caballero- XXIV El último Éxodo De no haber sido por la chica Amanda, él se habría dejado devorar por los muertos. De rodillas frente a la ruinosa Lordaeron, donde nada más y nada menos que el príncipe de las tinieblas ordenaba a su marabunta correr detrás de los que habían podido salir de la ciudad y de contra las fuerzas que desesperadas intentaban defenderse, la chica apareció entre la gente. -¡Milord...!- Iván lloraba, desconsolado. Su hija, su patria, su familia. Todo estaba perdido. Pero en medio de tanta oscuridad, la joven pe
  3. -Relatos de un Caballero- XXIII La Caída de Lordaeron Los caminos no eran pacíficos, ni transitables. En varias ocasiones tuvo que chocar contra mesnadas de muertos en solitario, mientras se abría paso hacia El Baluarte. En los cruces de caminos, encontró puestos de avanzadilla, que sufrían ataques permanentes de los muertos vivientes. La falsa calma que reinaba en los Claros de Tirisfal no era más que una pantomima. La niebla antinatural se apoderaba de los caminos, cada vez que el horror se preparaba para atacarlos. Pero con suerte (y la gracia de la luz) al
  4. -Relatos de un Caballero- XXII Cuestión de fe... Los bosques de Silverpine, antaño sempreverdes, despedían un olor exquisito a fresno, que le recordaba a los asados en fogón que se hacían en el invierno con leña de aquellos bosques en la Villa Lionhammer. Ellos, aunque no eran expertos cazadores, hacían partidas de caza en compañía de algunos de los labriegos y criados que cultivaban las tierras de Michael en busca de jabalíes y ciervos para las cenas del Festival del Invierno, que realizaban en familia. Michael abandonó la vida acomodada en la ciudad para cui
  5. -Relatos de un Caballero- XXI El irrenunciable deber... Costasur no había estado tan atestada de gente como en aquél entonces. Cientos, sino miles de supervivientes habían llegado a la ciudad portuaria con la esperanza de encontrar pasaje al oeste, incluso algunos al sur, hacia el reino de Ventormenta. En aquél puerto se enteraron de las novedades. Tirisfal y los bosques de la Vega del Amparo apenas se mantenían en pie, mientras que la resistencia de los caballeros de Dathrohan y Mograine intentaban mantener los caminos seguros en el oeste, para salvar a cuantos pud
  6. -Relatos de un Caballero- XX De las Montañas a las Laderas... A medida que fueron avanzando por las montañas, se encontraron con el refugio de Quel´danil, que se convertiría en un punto de acopio y ayuda para los ingentes refugiados que lograron escapar por las montañas. Los enanos de Pico Nidal, celosos por proteger sus tierras, vigilaban los pasos y de hecho, habían tenido que enfrentarse a hordas de muertos vivientes que intentaron atravesarlas, sin éxito. Un remanso de paz que le permitiría a los refugiados respirar y transitar con relativa calma hasta Costasur
  7. -Relatos de un Caballero- XIX Martirio... Los dos días preparando la expedición hacia las laderas de trabalomas le permitieron conocer más a los que le acompañaron. El Soldado Winston, un joven muy inteligente, prospecto a oficial en los ejércitos del rey. Era hijo de un campesino, Jedediah Winston, que falleció víctima del consumo de grano. Conoció a Molly, una anciana encantadora, que hacía pasteles de arándanos y se mantenía con ello en el ahora Valle del Terror, que había perdido a sus nietos en el ataque de los muertos vivientes y a sus hijos en la segunda guer
  8. -Relatos de un Caballero- XVIII Lady Valiente... Tan pronto llegaron a las empalizadas y trincheras que habían improvisado en la Capilla de la Esperanza de la luz, los soldados y caballeros de la mano de plata que ahí se encontraban les impidieron el paso. -¡Alto, en nombre del rey Terenas, no tenéis paso!- -¡Por amor a lo más santo, dejadnos pasar, solo somos civiles desarmados!- Exclamó uno de los campesinos que había logrado escapar-¡Tened piedad de nosotros!- El desespero de la gente comenzó a causar un forcejeo con las fuerzas de Lordaeron que s
  9. -Relatos de un Caballero- XVII La última esperanza... Iván desconocía si los muertos vivientes les seguían, pero no quiso detenerse a comprobarlo. Maldecía en sus adentros, pues lo vivido eran demasiadas emociones encontradas para su viejo corazón. Temía que volviera a infartarse. Recorrieron el camino de vuelta y por fin comprendió el motivo del olor a podredumbre que había sentido horas atrás. El bosque estaba muriendo... extraños hongos crecían cuan parásitos en los árboles y el otrora verde de la región fue reemplazado por un tono enfermizo amarillento y rojizo.
  10. -Relatos de un Caballero- XVI El Azote de Lordaeron... Acicateó al caballo por el camino que iba hacia la Villa del Valle. Se abrigó bastante bien con una capa de piel de oso con capucha, pues esa mañana hacía un frío especialmente gélido en el bosque Negro y en Stratholme. La neblina de las montañas de Quel´thalas bajó hasta la fronda y rodeaba los árboles, matorrales cercanos, e incluso se deslizaba sinuosa en los caminos, impidiendo la vista más allá de los adoquines y lámparas de aceite que iluminaban la vieja carretera. Avanzado el viaje, su caballo relinchó, s
  11. -Relatos de un Caballero- XV Caballero Errante... -No- Sentenció, tajante- No soy digno- -¿Y qué es lo que harás, Iván?- preguntó Albert, con gesto severo, mirando al caballero, que se encontraba en el camastro de la antigua casa, convaleciente. De no haber llegado poco después del ataque al corazón, probablemente no estaría vivo. Lisa, la esposa de Michael, le acercó a la boca un pichel con un brebaje que el doctor Birmingham, que vivía en una villa cercana, le recetó para ayudarle a recomponer sus fuerzas- No puedes abandonar tu deber con la casa sin más...-
  12. -Relatos de un Caballero- XIV El amor de una hija.... "...¡LE ALZARÉ LA VOZ A QUIEN LO MERECE Y LE DARÉ MI RESPETO A QUIEN LO MERECE, IVÁN LIONHAMMER!.... ¡NO TOLERARÉ MÁS NI UNA SOLA DE TUS ÓRDENES, NI TUS DESIGNIOS! ¡TÚ NO ERES, NI HAS SIDO, NI SERÁS MI PADRE!..." Las palabras de la leona rondaban su cabeza como un enjambre de avispones molestos. Cabalgaba entre los bosques de Tirisfal,internándose hasta las campiñas, allí donde solía escapar para estar solo, y no pensar al menos por un rato en el deber que tenía con su familia como patriarca. Se detuvo
  13. -Relatos de un Caballero- XIII Un Patriarca para la familia... Los años pasaban... y Susan crecía mucho. Iván se apartó de los asuntos de la orden para poder dedicarse a sus deberes con la casa Lionhammer y también, para dedicarse a cuidar a su hija. Se encontraba sentado en el salón principal de la mansión, viendo a la pequeña corretear por la sala. -¡HYA!- golpeó el aire, con fuerza. Iván le observaba fijamente, pero su mente pasaba por todo tipo de asuntos. Recientemente, sus enemigos movieron ficha. "Malditos bastardos..." pensó en sus ad
  14. -Relatos de un Caballero- XII La pequeña Leona... Días después en algún lugar cerca del extinto reino de Ventormenta. Las tiendas de campaña estaban apostadas en algún lugar de las fronteras entre Khaz Modan y Ventormenta, donde los estandartes y las banderas de los ejércitos que componían al grueso de las fuerzas de la Alianza de Lordaeron descansaban. Estandartes de los ejércitos humanos de todos los reinos y Casas nobles participaban en los esfuerzos de la guerra. Con ellos, contingentes de enanos del Khaz Modan, así como elfos de Quel´Thalas pernoctaban en
  15. -Relatos de un Caballero- XI Tiempos oscuros -¡Cuidado, hermano!- Iván se giró a tiempo y levantó su martillo, interponiendo el mango entre la pesada hacha de guerra del orco y sus carnes. El choque de ambas armas generó un chispazo. Forcejeó con el grunt, que le miraba con ojos inyectados en sangre, con una expresión de odio, esfuerzo y desesperación. Iván sentía resentir sus brazos ante tamaño esfuerzo que suponía plantarle cara a una bestia semejante. El clima era húmedo y pesado: Llovía de forma copiosa hacía días y el suelo estaba lleno de barro: Se encontraban b
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